Hay veces en las que cuando hacemos un bizcocho se nos queda un poco abombado o en ocasiones también puede rajarse. Si queremos que luzca perfecto porque vayamos a rellenarlo, a presentarlo en un cumpleaños o cualquier otra reunión, el truco es sencillo. Una vez que se haya enfriado un poco el bizcocho lo desmoldamos, y estando aún calentito simplemente tenemos que darle la vuelta y así tendremos la parte más lisa y plana de nuestro bizcocho.
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